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¿Amor o supervivencia?

¿Qué pensarías?, si, ¿te digo que tal vez no es amor lo que sentimos y es un “instinto” que nos prepara para preservar nuestra especie?

Amor, un sentimiento que todos hemos experimentado a lo largo de nuestra vida, algunas veces con un final no tan feliz y otras es una historia que no conoce el fin, pero, no estamos aquí para hablar sobre eso.

¿Qué pensarías?, si, ¿te digo que tal vez no es amor lo que sentimos y es un “instinto” que nos prepara para preservar nuestra especie?

Se ha sugerido que el amor romántico se desarrolla a partir de mecanismos neuronales de cortejo, por ejemplo, el comportamiento de cortejo en los mamíferos inferiores (Roedores) comparte muchas de las características observadas en el amor, como el aumento de energía, atención concentrada, seguimiento obsesivo, gestos afiliativos, protección posesiva de la pareja y una motivación para conseguir una pareja de apareamiento preferida. Tanto la atracción de cortejo, así como el amor son importantes para la elección de pareja pues han evolucionado para ofrecer las mejores oportunidades a nuestra descendencia esto también es ​parte del sistema de apego adulto, el cual ha evolucionado para mantener a los padres e hijos juntos con la finalidad de criarlos el tiempo necesario.

Hay especies donde este vínculo dura poco tiempo y en otras duran toda la vida. En el caso de los humanos aún está en debate si se forman vínculos para toda la vida pues ha ido en incremento la tasa de divorcios, estas se han presentado principalmente en los primeros 4 años de matrimonio tentativamente porque es el periodo en el que la descendencia es más vulnerable, pero también tenemos parecido a otras especies que también se “divorcian”.

Esto está ligado a las crías que dejan de depender de ellos, por ejemplo, en el caso de los megápodos es una especie monógama, estas aves ni siquiera incuban sus huevos directamente, ya que construyen un enorme montículo de vegetación en descomposición y ponen sus huevos, los progenitores controlan la temperatura de este peculiar nido quitando o añadiendo más vegetación y una vez las crías nacen, cavan un camino para salir del montículo estos polluelos pueden volar en tan solo 24 horas. En el caso de los humanos toma mucho mas tiempo a la descendencia ser independiente de los padres.

Entonces, ¿qué es el amor?,Como cualquier otra emoción está regulado por factores endocrinos como la oxitocina, vasopresina, dopamina, serotonina, el cortisol, hormonas del estrés, el factor de crecimiento nervioso y la testosterona

Hay estudios en topillos de la pradera y montaña en donde se ha observado que la oxitocina y vasopresina juegan un papel importante al momento de generar vínculos.

Se ha observado que existen topillos de la pradera se relacionan de forma monógama mientras hay otros que tienen más de una pareja, esta diferencia puede estar relacionada con la diferencia de expresión de los receptores de oxitocina y vasopresina, pero también existe otro componente en el amor y es el sistema de recompensa de la dopamina. La oxitocina y vasopresina interactúan con dicho sistema e induce la liberación de dopamina, haciendo la experiencia del amor gratificante.

Regresando con los topillos de la pradera estos generan vínculos de pareja monógamos posterior a que liberan dopamina en una región llamada núcleo accumbens. Curiosamente cuando se les proporciona un agonista (algo que aumenta la actividad que realiza otra sustancia) sobre el receptor de dopamina D2, los topillos forman vínculos de pareja aún sin unión sexual, lo cual no sucede si se les agregan antagonistas (bloquean la actividad) del receptor D2 aún en la presencia de oxitocina.  Una vez que los topillos han generado un vínculo de pareja se ha observado que la expresión del receptor D1 aumenta, bloqueando la formación de vínculos de pareja.

Otro componente en el amor es la serotonina, en donde el nivel del neurotransmisor en etapas tempranas del amor se encuentra en niveles bajo muy similar a lo observado en pacientes con TOC. Marazziti en 1999 llevó a cabo la medición de los niveles del transportador de serotonina plaquetaria en pacientes con TOC y personas que se habían enamorado recientemente, encontrando que en ambos casos los niveles del transportador habían disminuido comparados contra un grupo control, al cabo de unos 12-18 meses realizó una nueva reevaluación y encontró que los individuos que habían iniciado la relación al cabo de este tiempo tenían los niveles del transportador iguales a los del grupo control. 

Cuando se está en la etapa de enamoramiento también hay sentimientos de estrés e inseguridad que correlaciona con niveles elevados de cortisol, de alguna manera planteando la hipótesis de que se necesitan niveles elevados de cortisol para superar la neofobia (miedo a lo nuevo) inicial (Marazziti y Canale, 2004)

Otra molécula involucrada en el enamoramiento es el NGF (factor de crecimiento nervioso) el cual ha sido encontrado en concentraciones elevadas en el plasma de individuos que se han enamorado recientemente, pero no así en individuos solteros o en sujetos que tienen una relación de largo tiempo.

Adicional se ha visto que la testosterona también participa en el amor romántico y el vinculo de pareja, donde los hombres tienen niveles reducidos y  las mujeres elevados al comienzo de una nueva relación (Marazziti y Canale, 2004). Diferencias que desaparecen después de 12-24 meses sugiriendo que la testosterona está involucrada en la fase inicial. También fueron evaluados los niveles de testosterona en mujeres y hombres en pareja y se detectaron niveles disminuidos comparados contra los solteros. solteros (Burn ham et al., 2003; van Anders y Watson, 2007).

Ahora viene lo realmente interesante, otro participante es el MH Se han encontrado preferencias por parejas que poseen genes diferentes a los propios en el complejo mayor de histocompatibilidad (MHC), un grupo polimórfico de loci asociados con el sistema inmunológico, en ratones, aves, peces y humanos. Estas preferencias pueden ayudar a los individuos a elegir parejas genéticamente compatibles y pueden funcionar de forma adaptativa para prevenir la endogamia o aumentar la heterocigosidad y, por tanto, la inmunocompetencia de la descendencia. Las preferencias de pareja diferentes al MHC pueden influir en la psicología de la atracción sexual. Un estudio reveló que a medida que aumentó la proporción de alelos MHC que las parejas compartían, la capacidad de respuesta sexual de las mujeres hacia sus parejas disminuyó, el número de parejas sexuales extra aumentó y su atracción por hombres distintos de sus parejas principales aumentó, particularmente durante la fase fértil de sus ciclos.  (Garver-Apgar CE, Gangestad SW, Thornhill R, Miller RD, Olp JJ.2006)

A pesar de todos los estudios que se han realizado, no hay datos concluyentes, aun que, al menos ya tenemos un tema de conversación que hacer en la primera cita o quien sabe podrías encontrar la respuesta con los topillos/as de la pradera de dos patas que uno se encuentra.

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